Por Rommy Vargas | Magister en Educación y Español | Planeta Venus
Desde el 15 de septiembre al 15 de octubre celebramos el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos, reconociendo el aporte de la cultura hispana a la cultura del país, bajo muchas diferentes formas. La presencia de los hispanos ha dejado bastante huella y sigue haciéndolo día a día.
Esta celebración se lleva a cabo desde 1968, en que se celebraba por una semana. En 1988 empezó a celebrarse por un mes, desde el 15 de septiembre al 15 de octubre, incluyendo el tan controversial 12 de octubre, día de Colón en Estados Unidos y día de la Hispanidad en España. En nuestros países latinoamericanos lleva hoy en día diferentes nombres como Día de la Raza, Día de la Resistencia Indígena, Día Panamericano, Día de la Descolonización, Día del Encuentro de Dos Mundos y Día de la Diversidad Cultural o de Respeto a la Diversidad Cultural.
Particularmente me gusta este último nombre: Día de la Diversidad Cultural, pues nuestros países fueron un crisol de culturas: la indígena, la española y la negra. Por eso mismo venimos en diferentes “colores”, diferentes rasgos físicos, y por eso no podemos identificarnos en los casilleros que piden colocar la “raza” a la que pertenece. Somos una mezcla de razas. Somos mestizos mayormente.
La razón por la cual se eligió que se celebrase desde el 15 de septiembre es que hay siete países que celebran su independencia en septiembre: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua el 15 de septiembre; México el 16 de septiembre y Chile el 18 de septiembre.
En Estados Unidos se reconoce que somos muchos quienes hemos inmigrado por múltiples razones y que hemos influido en la formación del país como lo conocemos ahora. Para empezar, el idioma español es el segundo idioma más hablado y enseñado en los Estados Unidos. Y las palabras en español se han “infiltrado” en el inglés: Los Ángeles, Colorado, amigo, patio, fiesta, siesta. Lo mismo ha pasado a la inversa y se está construyendo un nuevo idioma, el ya muy mencionado “spanglish”.
La cocina hispana es otro gran ejemplo del aporte cultural a la cocina estadounidense. Trayendo nuestras raíces culinarias y conservándolas hemos logrado hacer que sean conocidas y gustadas, al tiempo que también se han producido fusiones con la cocina local. La doctora Rocío del Águila, profesora de Wichita State University, está haciendo un estudio “Cooking Communities” que trata de la importancia cultural de la comida en los diferentes pueblos de Kansas.
Y así en muchas áreas, la pintura, la música, la escritura, los negocios, la agricultura, y en todas y cada una de las áreas de la vida de una nación, un estado o un pueblo, allí estamos presentes. Y aquí, ustedes pueden hacer un ejercicio en familia y averiguar cuáles son los representantes hispanos en estas áreas y cuál ha sido su aporte.
En lo que se refiere a nuestra querida ciudad de Wichita, el aporte inicial en la parte norte de la ciudad fue mexicano, cuando los primeros inmigrantes vinieron a trabajar en el ferrocarril y en las empacadoras de carne. El doctor José Enrique Navarro, el doctor Jay y Anita Mendoza han hecho un gran trabajo en su libro “The Mexican American Heritage in the North End”. Hoy existe un gran renacimiento del norte de la ciudad, con una gran diversidad de países representados, organizaciones sin fines de lucro, prósperos negocios y participación activa de vecinos que juntos y con gran empuje están mejorando nuestra ciudad día a día y están haciendo que nuestro aporte cultural hispano pase a ser parte de la cultura local de Wichita.
¡Feliz Mes de la Herencia Hispana…y nos vemos en las múltiples celebraciones!
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